
Saber el precio de la fisioterapia en Madrid puede ayudarte a decidir cuándo dar ese paso para cuidar tu cuerpo como se merece. Porque, seamos sinceros, todos hemos tenido alguna vez una sobrecarga, una contractura o ese dolor incómodo que no acaba de irse. En un centro especializado como IMFIS, no solo puedes tratar las lesiones deportivas, sino también prevenirlas gracias a un enfoque profesional y personalizado.
Y si hablamos de prevención, hay algo que siempre pasa desapercibido pero que es clave: los estiramientos. Sí, eso que solemos hacer rápido y mal después de entrenar (o que directamente ignoramos). Pues resulta que estirar bien puede ser la diferencia entre seguir entrenando sin problemas o acabar con una lesión que te deje en el banquillo semanas.
¿Por qué es tan importante estirar?
Los músculos, cuando trabajan durante el ejercicio, se contraen, se tensan y se acortan. Si no los estiramos después, pueden quedarse rígidos y tirantes, lo que aumenta el riesgo de lesiones. Además, los estiramientos ayudan a mejorar la movilidad, el equilibrio muscular y la postura. Y no solo si haces deporte: también son muy útiles si pasas muchas horas sentado o de pie.
Un músculo flexible absorbe mejor los impactos, se adapta más fácilmente a movimientos imprevistos y responde mejor ante esfuerzos repentinos. Estirar de forma regular es como hacerle mantenimiento a tu cuerpo. ¿Lo haces con el coche, no? Pues con tu cuerpo, aún más importante.
¿Cuándo hay que estirar?
Aquí viene uno de los errores más comunes: estirar en frío. Los músculos necesitan estar activados antes de estirarlos a fondo, así que lo ideal es diferenciar entre:
- Estiramientos dinámicos: se hacen antes del entrenamiento. Ayudan a calentar, activan el flujo sanguíneo y preparan el cuerpo para moverse.
- Estiramientos estáticos: se hacen al terminar. Sirven para relajar la musculatura, reducir la tensión y ayudar a que el cuerpo vuelva a su estado natural.
¿Lo mejor? Hacer ambos. Un poco antes de entrenar para activar, y después para soltar. Así el cuerpo se acostumbra y lo agradecerás, sobre todo con el paso del tiempo.
¿Y si ya tienes molestias o una lesión?
Entonces, mejor no improvises. Muchas veces intentamos «arreglarnos» por nuestra cuenta: un poco de hielo, un ibuprofeno, y a seguir. Pero si el dolor persiste o se repite, lo más sensato es acudir a un fisioterapeuta.
En centros como IMFIS, especializados en fisioterapia deportiva, van mucho más allá de un masaje. Te hacen una evaluación completa, localizan el origen del problema y te marcan un tratamiento personalizado para que vuelvas a tu actividad de forma segura. Además, te explican qué hacer para que no te vuelva a pasar. Porque una lesión mal curada puede repetirse… y empeorar.
¿Qué ventajas tiene acudir a un centro de fisioterapia especializado?
Podrías pensar que da igual ir a cualquier fisio, pero la diferencia está en los detalles. Un centro especializado en deporte entiende cómo se mueve tu cuerpo durante la actividad física y sabe qué músculos están más comprometidos según el deporte que practiques.
En IMFIS, por ejemplo, tienen experiencia con deportistas de todo tipo: runners, jugadores de pádel, crossfitters, ciclistas, etc. Esto les permite personalizar mucho más el tratamiento y ayudarte no solo a curarte, sino a mejorar tu rendimiento.
Además, un buen fisioterapeuta no solo alivia el dolor, también:
- Te ayuda a corregir la postura.
- Mejora tus patrones de movimiento.
- Te enseña ejercicios específicos para tu caso.
- Te acompaña en la prevención a largo plazo.
Pero… ¿los estiramientos sirven para todo el mundo?
Totalmente. No hace falta ser deportista de élite para beneficiarse de los estiramientos. De hecho, si trabajas muchas horas sentado, si tienes dolores de espalda recurrentes, si te levantas con el cuello rígido… estirar un poco cada día puede cambiarte la vida.
Eso sí, hay que hacerlo bien. Nada de forzar, ni rebotar, ni pasar de cero a cien en un segundo. Es mejor hacer poco pero de forma correcta, y si tienes dudas, lo ideal es que un fisioterapeuta te enseñe la técnica y te adapte los estiramientos a ti.
Estirar también relaja (y mucho)
Otro beneficio que suele pasar desapercibido es el efecto relajante del estiramiento. No solo es bueno para los músculos, también para la mente. Al estirar, bajas revoluciones, te conectas contigo mismo y liberas tensiones acumuladas durante el día.
Por eso mucha gente incluye los estiramientos en sus rutinas de meditación, yoga o incluso antes de dormir. Una simple sesión de 10 minutos puede ayudarte a dormir mejor, reducir el estrés y sentirte más ligero física y mentalmente.
Cuida tu cuerpo hoy para que mañana te siga acompañando al 100%.